Pero al tenerte delante mío y ver esos preciosos ojos mirándome un instante me invade una sensación maravillosa, ese miedo, esa debilidad y a la vez esa fortaleza, como si estuviera frente a un ángel. No puedo creer como sigues aquí conmigo. No quiero perderte nunca, NUNCA. Quiero el resto de mi vida observándote, analizando cada detalle de tu ser, cuidándote (no permitiré que nadie te haga daño, me niego a pensar que puedes sufrir), escuchando atentamente lo que digas mientras tienes tu cabeza en mi pecho y pueda sentir la respiración (y cada latido de tu corazón).
Es difícil para el poeta, para el escritor, para los amantes de la comunicación, encontrar las palabras justas para describir los sentimientos (propios, tuyos, ajenos). No es fácil para nadie contar esto, asumir que el corazón esta en la puerta del ser de los sueños, contemplando tanta cosa bella y esperando que esta nos de el milagro de una sonrisa, una palabra, un beso, un abrazo, una caricia, cualquiera sea el gesto me haría (tan) feliz.
Y tenerte a mi lado escuchándote hablar es bello. Me gusta cuando hablas, me gusta cómo hablas, me gusta el sonido que tienen las palabras cuando salen de tu boca (a todas les sienta bonito tu voz, tu le sientas bonito a este mundo o él mundo te sienta bonito a ti). y mis ojos con eso brillan, me arde la vida con tantas ganas que me queda el impulso de seguir apostándole a todo (a ti y a todo lo demás también)
Te has metido tan rápido en mi sangre que no solo has llegado al corazón, sino que has recorrido todo mi ser y me has invadido por completo. Eres ahora el nudo en mi garganta, las mariposas en la panza, las lágrimas, las risas, las sonrisas, los bostezos, los suspiros (aire que me sobra en los minutos que me faltas), la luz del sol, el brillo azulado de la luna, el resplandor de las estrellas, lo bello que dejas a la vida con tu paso por ella. Si hoy mismo me faltarás para siempre, si fuera aquella la última vez que te divisé, aquel último beso y verte ir, si te alejaras por vez última y definitiva, todo esto que describo dejaría de tener sentido, se apagarían las luces del mundo (todas, sin ti, ¿para qué seguir brillando?) , toda la fuerza disminuiría (si alguna vez existió) , las flores todas se marchitarían y todo este enorme circo perdería su sentido convirtiéndose en opaco y sin vida.
Vivo con ese miedo, el de perderte en algún respiro, quizás por mi manía de caminar sobre el alambre y ser siempre equilibrista sabiendo que abajo no me espera nada más que un frío piso, pero dicen que no hay suicidios sin red y si nada me espera allá abajo, entonces es porque sé que no voy a caer...
Lights will guide you home
and ignite your bones
And I will try to fix you
and ignite your bones
And I will try to fix you
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