Y si, mientras yo como tonta le creo cuando me dice "dale dale, el domingo voy :D" después de una hilada de "tenes razón" y perdones, yo le creo. Fervorosa y estúpidamente le creo, porque para mi todo lo que el diga es cierto, no puedo evitarlo. No puedo evitar que aunque llevaba una semana enojada con él, llega y me dice dos palabras que me bastan y sobran para perdonarlo, para ponerme contenta de que este o de que vaya a venir. Y no, ahí está, decepcionándome otra vez, como si fuera nada. Flaco, si decís que vas, vas, o por lo menos tené la educación de ubicarme y decir "no ro, no puedo, estoy en lo de mi primo". Pero esperar a que te llamemos me parece que es muy pancho de vos no? Pudimos pensar que te paso algo. No, a vos te chupa tres huevos, andá, salí con tu bicicleta a pasear, hacé lo que quieras sabes? Ya no me importa...
Y después no espero que vengas y me preguntes por que estoy enojada. No quiero que te desesperes de nuevo ni le preguntes a mis amigas que me pasa. Si tenés huevos, preguntamelo, y si sos conciente, lo sabés...